Mallorca, una isla que enamora.
Su naturaleza salvaje, sus pequeños pueblos, la magia de cada uno de ellos que a pesar del gran número de turistas que los visitan al año, consiguen mantener intacta su autenticidad única e irrepetible “fet a Mallorca”, la magia de sus cuevas (Cuevas del Drach, Cuevas des Hams, Cuevas de Génova…), la fascinación por cada una de sus calas, faros, la fácil y gustosa gastronomía, las panorámicas y atardeceres de ensueño, pequeños puertos mágicos, monasterios y lugares de cultos, pequeñas ermitas a las que llegar después de divertidas y energéticas excursiones en las que recargar las pilas sólo con la belleza de la panorámica o el aire puro que te abraza con la brisa del mar, siempre presente en cada punto de la isla, la belleza y cuidado exquisito de la ciudad de Palma, sus barrios siempre auténticos y renovados, adaptados a todo tipo de viajeros. Una isla con un rincón especial para cada persona que la visita y para cada momento en que se visita.
La Isla Bonita
La magia de la “isla bonita” que vive por y para el Turismo y permite vivir historias irrepetibles y auténticas que, sólo encontrarás en esta ciudad: Gente en búsqueda de sueños, en busca de sí mismos, que llegó por trabajo, que un día llegó y se enamoró, que se enamoró de la propia isla, gente con mil historias, con un nexo en común: Eclipsados de la belleza y unicidad de Mallorca.
Gran Conexión
Una isla bien conectada a pocas horas desde muchos aeropuertos europeos, y fácil de llegar en barco, desde divertidos y románticos cruceros.
No te puedes perder:
Los siguientes restaurantes, patios auténticos mallorquines, bares, plazas, pequeñas calles, iglesias… Lugares con encanto que forman parte de esta preciosa isla. Por nombraros algunos TIPS que forman parte de la historia de la isla: Casal Balaguer, Bar Bosch, Museo March, Los Jardines del Rey, Palacio de la Almudaina, El Convento de Santa Clara, Calle Sant Jaume, Sa Faixina, Plaza de San Francisco, Plaza de Cort…